Comunicación, Comunidad y Evangelio

La comunicación siempre ha sido un elemento fundamental en el cristianismo. Uno de los factores que hicieron posible que los primeros cristianos difundieran el Mensaje a través de todo el Imperio Romano fue el sistema de calzadas y las rutas marítimas. Sin estos dos elementos, el cristianismo hubiera tardado muchos siglos en extenderse. Se suele decir que los medios de comunicación son providenciales para el cristianismo.

Hoy en día disponemos de un sistema de “calzadas romanas” de última generación que se llama Internet. Ya no hace falta andar o desplazarse físicamente, para hablar o intercambiar información. Basta encender nuestro ordenador y en pocos minutos tenemos todo el mundo a la distancia de la presión de las teclas de nuestro computador.

Hace pocas fechas, Mons Claudio María Celli, presidente del Pontifico Consejo de Comunicaciones Sociales, hablaba sobre el gran desafío que la Iglesia tiene respecto de los nuevos medios de comunicación social. Pueden oír una entrevista en este enlace AQUÍ. La pregunta que nos debemos hacer es: ¿Cómo podemos utilizar la red para anunciar el Evangelio? No es sólo una presencia, sino también un lenguaje. ¿Qué lenguaje emplear para que los hombre y mujeres de hoy entiendan lo que los discípulos del Señor, la Iglesia, quieren comunicar?

Por lo tanto no se trata únicamente de estar presentes en la redes, aunque sea imprescindible. Se trata de “sintonizar” nuestros lenguajes para que emisor y receptor sean capaces de establecer un vínculo en puedan intercambiar información. Es muy importante entender que el Evangelio no es un Mensaje unidireccional, sino un encuentro que nos implica con Dios y nos relaciona con las demás personas. El Evangelio es diálogo, afecto y como indica con claridad el Papa Francisco: misericordia.

En cristiano en la red no puede ser más que sí mismo. No se trata de crear perfiles o personalidades artificiales. Benedicto XVI nos señaló el peligro de escondernos detrás de la red falseando lo que realmente somos. Tenemos que ser testigos fiables, que no sienten miedo de dar testimonio de nuestra Fe.

La red es un medio bidireccional donde todos tenemos las mismas posibilidades de tener relevancia. Cualquiera puede difundir su forma de entender las cosas o su visión de lo que le rodea. No existen prelaciones que den más valor a unas opiniones que a otras, por lo que hay que aprender a vivir con un intenso ruido de fondo. Ruido similar al constante murmullo de cualquier reunión social, donde todos hablan y hasta gritan. En estas reuniones a lo sumo podremos llegar a ser oídos a pocos metros. En la red sucede lo mismo, sólo nuestros contactos directos nos escucharán con facilidad. En la medida que estos contactos retransmitan nuestras palabras, estas llegarán más a más personas. La relevancia de lo que comuniquemos tendrá tanta importancia, como la calidad y profundidad de  vínculos que tengamos, a la hora de llegar a más o a menos personas.

Por ello, abrir un blog no significa tener a miles de personas atentas a lo que digamos. Tampoco tener una cuenta de Facebook o Twitter conlleva tener grandes audiencias. Es el trabajo de relación cotidiano, lo que nos permitirá extender el Mensaje Evangélico.

Pero ¿Qué fuerza tiene un solo cristiano en la red? Poca o nula. Igual que en el mundo real, el factor más importante para que el Mensaje llegue a otras personas es la comunidad. Los cristianos debemos crear comunidades en la red. Comunidades sean ejemplo y vivencia de la Fe a través de los nuevos medios de comunicación social. Es decir, estamos de nuevo dentro de un modelo similar al de los primeros cristianos: Mensaje-Comunidad son los elementos esenciales para la transmisión del Evangelio.

Espero que les haya sido interesante esta breve reflexión. Pueden contactar conmigo en los enlaces que están justo debajo. Un abrazo en el Señor, a su disposición para lo que crean conveniente.

8 de Octubre

Néstor Mora Núñez
Presidente de la Asociación
"Blogueros con el Papa"

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Muchas Gracias Nestor!!!!