domingo, 8 de mayo de 2016

Comunicar con Misericordia - Francisco y el trípode de la comunicación.





La Iglesia tiene la misión de anunciar la misericordia de Dios, corazón palpitante del Evangelio, que por su medio debe alcanzar la mente y el corazón de toda persona.”(N° 12 Misericordiae Vultus – Francisco)

Hoy, 8 de Mayo celebraremos la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales y el santo padre Francisco nos propone en el mensaje para esta jornada reflexionar sobre la Comunicación y la Misericordia. Quisiera destacar que esta relación entre Comunicación y Misericordia se fue construyendo en los mensajes de las Jornadas Mundiales de las Comunicaciones Sociales de los años 2014 y 2015. También en la Exhortación Apostólica “Evangelii Gaudium” (2013), encontramos un párrafo que será como el puntapié inicial de esta relación:
“Lo primero, en la comunicación con el otro, es la capacidad del corazón que hace posible la proximidad, sin la cual no existe un verdadero encuentro espiritual.” (Evangelii Gaudium 171).
En el párrafo anterior están presentes estos dos elementos “Comunicación y Misericordia”, precisamente nos dice que para poder comunicar debemos poner el corazón en el otro para lograr proximidad. (La misericordia es la capacidad de sentir compasión por los que sufren, es decir, poner el corazón en la miseria del otro)  

Al leer los mensajes de las tres jornadas mundiales de las comunicaciones sociales (ya citadas anteriormente) quisiera destacar un conjunto de elementos que desde mi punto de vista, Francisco nos propone para que se haga posible la relación entre Comunicación y Misericordia estos elementos son: “la familia” “la proximidad” y “el encuentro”, los tres elementos serian el trípode de una comunicación con misericordia, es decir, conformarían un armazón de tres pies para sostener una comunicación misericordiosa.

He seleccionado algunos párrafos de estos tres mensajes para destacar cada uno de los elementos que conforman el trípode de una comunicación misericordiosa según Francisco.

Para la XLVIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales (2014) el mensaje de Francisco fue “Comunicación al servicio de una auténtica cultura del encuentro”, partiendo de la pregunta que un escriba le dirige a Jesús: ¿Quién es mi prójimo? (Lc 10,29) propone como respuesta la parábola del Buen Samaritano (una parábola de misericordia):

“La pregunta nos ayuda a entender la comunicación en términos de proximidad. Podríamos traducirla así: ¿cómo se manifiesta la «proximidad» en el uso de los medios de comunicación y en el nuevo ambiente creado por la tecnología digital? Descubro una respuesta en la parábola del buen samaritano, que es también una parábola del comunicador. En efecto, quien comunica se hace prójimo, cercano. El buen samaritano no sólo se acerca, sino que se hace cargo del hombre medio muerto que encuentra al borde del camino. Jesús invierte la perspectiva: no se trata de reconocer al otro como mi semejante, sino de ser capaz de hacerme semejante al otro.”

Comunicar significa, por tanto, tomar conciencia de que somos humanos, hijos de Dios. Me gusta definir este poder de la comunicación como «proximidad».”

“En este mundo, los medios de comunicación pueden ayudar a que nos sintamos más cercanos los unos de los otros, a que percibamos un renovado sentido de unidad de la familia humana que nos impulse a la solidaridad y al compromiso serio por una vida más digna para todos.”

“No basta pasar por las «calles» digitales, es decir simplemente estar conectados: es necesario que la conexión vaya acompañada de un verdadero encuentro.”  

Para la XLIX Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales (2015) el mensaje de Francisco fue “Comunicar la familia: ambiente privilegiado del encuentro en la gratuidad del amor”:

 “El seno materno que nos acoge es la primera «escuela» de comunicación, hecha de escucha y de contacto corpóreo, donde comenzamos a familiarizarnos con el mundo externo en un ambiente protegido y con el sonido tranquilizador del palpitar del corazón de la mamá. Este encuentro entre dos seres a la vez tan íntimos, aunque todavía tan extraños uno de otro, es un encuentro lleno de promesas, es nuestra primera experiencia de comunicación.”

“Lo que nos hace entender en la familia lo que es verdaderamente la comunicación como descubrimiento y construcción de proximidad es la capacidad de abrazarse, sostenerse, acompañarse, descifrar las miradas y los silencios, reír y llorar juntos, entre personas que no se han elegido y que, sin embargo, son tan importantes las unas para las otras.”

La familia, en conclusión, no es un campo en el que se comunican opiniones, o un terreno en el que se combaten batallas ideológicas, sino un ambiente en el que se aprende a comunicar en la proximidad y un sujeto que comunica, una «comunidad comunicante». Una comunidad que sabe acompañar, festejar y fructificar.”

Para la L Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales (2016) el mensaje de Francisco fue “Comunicación y Misericordia: un encuentro fecundo”:

“El Año Santo de la Misericordia nos invita a reflexionar sobre la relación entre la comunicación y la misericordia.”

La comunicación tiene el poder de crear puentes, de favorecer el encuentro y la inclusión, enriqueciendo de este modo la sociedad.”

“Las palabras pueden construir puentes entre las personas, las familias, los grupos sociales y los pueblos. Y esto es posible tanto en el mundo físico como en el digital.”

“Me gusta definir este poder de la comunicación como «proximidad». El encuentro entre la comunicación y la misericordia es fecundo en la medida en que genera una proximidad que se hace cargo, consuela, cura, acompaña y celebra. En un mundo dividido, fragmentado, polarizado, comunicar con misericordia significa contribuir a la buena, libre y solidaria cercanía entre los hijos de Dios y los hermanos en humanidad.” 

Como leemos en estos párrafos la familia, la proximidad y el encuentro se presentan como elementos constitutivos de una comunicación misericordiosa.

Entendiendo que en la familia es el primer lugar donde aprendemos a comunicarnos y esta comunicación genera proximidad y nos lleva al encuentro con nuestros familiares.

La proximidad nos acerca al otro, nos vincula, nos hace familia y una familia en la que cada uno de los miembros se hace prójimo de los otros en el encuentro cotidiano.

Por último el encuentro es el elemento primordial de toda comunicación misericordiosa, porque nos acerca a los demás y nos hacemos familia compartiendo las alegrías y tristezas.

Sin estos elementos será muy difícil lograr una comunicación misericordiosa y nuestros intentos de comunicar con misericordia solo se quedarán en la narración de hechos que no nos tocan de cerca, en noticias informativas que no genera un vínculo con los demás, en la expresión de números o cifras vacías de contenido humano.

Si sacamos o cerramos un pie del trípode se cae el objeto que se está sosteniendo, aquí pasa lo mismo amigo comunicador, si quieres comunicar con misericordia no te olvides de tener bien firme estos tres pies: familia, proximidad y encuentro o puede suceder lo siguiente:






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