Recordemos que en el Concilio
Vaticano II, la iglesia promulgó el uso de los medios de comunicación con un
decreto conciliar “Inter Mirifica”, aunque
ya existían algunos antecedentes como la encíclica de Pio XII “Miranda Prorsus”, sobre el cine, la
radio y la televisión (1957), otro
antecedente es el motu proprio de Juan XXIII “Boni Pastoris”, sobre la
atención de los pastores a los medios de comunicación. (1959).
En este deseo de acompañar la misión de evangelizar en el ámbito
de los medios de comunicación, se celebró la 1° Jornada Mundial de las
Comunicaciones Sociales en el año 1967 por impulso del entonces papa Pablo VI (Leer mensaje).
Cabe destacar a que a lo largo de
la historia muchos santos y beatos acogieron esta invitación y se destacaron en
anunciar la palabra de Dios a través de los medios de comunicación social. Como
por ejemplo: San Francisco de Sales
(1567-1622) (Patrono
de los periodistas) San Maximiliano
Kolbe (1894-1941) (Patrono
de los radioaficionados), el beato
Santiago Alberione (1884-1971) (Patrono de Internet), San monseñor Romero (1917-1980) (un
gran aficionado de la radio), también monseñor
Angelelli (1923-1976), beato y mártir que se destacó por sus homilías radiales
y su cercanía con el pueblo a través de este medio, otro obispo que se destaca
en la evangelización a través de la radio y la televisión fue monseñor Fulton Sheen (1895-1979) quien ganó dos
veces el premio Emmy a la personalidad televisiva más destacada, el Cardenal Eduardo Pironio, siervo de
Dios también le dio mucha importancia a esta temática (“El
primer areópago del tiempo moderno es el mundo de la comunicación”). Dos
laicos que se destacaron por anunciar la buena nueva con las tecnologías de su época
son el beato Manuel Lozano Garrido (1920-1971),
periodista y escritor, fundador de una obra pía “Sinaí”, grupos de oración por
la prensa; y por último quiero mencionar al beato Carlo Acutis (1991-2006) quién unió su amor por la Eucaristía
y su afán por la informática para diseñar dos catálogos, uno con información de
milagros eucarísticos y otro con información de apariciones marianas (que no
pudo concluir por su repentina muerte) (Leer
su biografía)
Ahora quiero contarles mi
testimonio en este camino de evangelización y mi interés por la “CiberTeología”, un concepto muy actual
profundizado por el sacerdote jesuita Antonio Spadaro, director de la revista “La
Civiltà Cattolica” y consultor del Consejo Pontificio de la Cultura y del
Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales.
En julio del año 2011 participe en
la escuela de delegados de la Acción Católica en la diócesis de Rosario (Argentina),
allí nos ofrecieron un taller sobre “TecnoEvangelización”, fue disertado por Eduardo Gargevcich
más conocido como “Kpocha”, su exposición me entusiasmo tanto me sume al grupo
de Facebook (TecnoEvangelización)
y decidí empezar a escribir para este blog creado por Kpocha, también comencé a
pensar en este concepto de “TecnoEvangelización” y a desarrollar algunas ideas
que podes leer en este link (TecnoEvangelización:
Dos conceptos pero con un mismo objetivo, al evangelización). Al año
siguiente, más precisamente en Junio del año 2012 decidí comenzar con un
proyecto de evangelización en la web al que se sumaron 15 jóvenes de otras
provincias, a este proyecto lo denominamos Webangelio
3.0, desarrollamos el concepto de muro
tecnoevangelizador, (lo que hoy conocemos como biografía, antes se
denominaba muro en facebook) básicamente la propuesta consistía en publicar una
vez por semana un diseño con una frase bíblica. (Más
información sobre este proyecto). En octubre del año 2012, animado por las
palabras de Benedicto XVI “Llevad el Evangelio a la web” y el inicio del año de
la fe decidí crear un blog al que denomine “Vivamos juntos la Fe”, al
cumplir un mes, este blog fue incluido en el directorio de “Blogueros con el
Papa”, asociación fundada en la JMJ 2011 en Madrid, en marzo del año 2013 he
creado la cuenta de Twitter y en
el año 2019 la cuenta de Instagram.
A lo largo de estos años he
realizado publicaciones sobre la vida de santos, sus escritos y homilías dominicales.
Durante dos años publique lo que se denominó “EVANCAT”, consistía en la publicación del Evangelio del día y
algunos párrafos del Catecismo de la Iglesia Católica que ayudaban a
profundizar y comprender la Palabra de Dios. En el blog también encontrarán un
apartado dedicado a Monseñor Angelelli y compañeros mártires.
También cabe destacar la
participación de otros escritores en este blog:
P. Pablo Pastrone (Sacerdote de la Arquidiócesis de La Plata) – Publicaciones:
“Los Beatos y Mártires: Fr. Carlos de Dios Murias, P. Gabriel Longueville, el
laico Wenceslao Pedernera y Mons. Enrique Angelelli”
P. Quique Bianchi (Sacerdote de la Diócesis de San Nicolás de los
Arroyos y columnista de Vatican News) – Publicaciones: “Mons. Ponce de León”,
“Opción preferencial por los pobres”, “Los Beatos y Mártires: Fr. Carlos de
Dios Murias, P. Gabriel Longueville, el laico Wenceslao Pedernera y Mons.
Enrique Angelelli” y “Sínodo de la Amazonia”
P. Sergio Romera (Sacerdote de la arquidiócesis de San Juan) - Publicaciones:
“¿En que Dios yo creo?”, “¿Por qué creo en Dios?”, “Los colores de la semana
santa” y “El Padre y la Cruz”
Marcelo Figueroa (Presbítero de la Iglesia Presbiteriana) – Publicaciones:
“Sínodo de la Amazonia”
Martín Nacusi (Diácono de la arquidiócesis de San Juan) – Publicaciones:
“Vivamos juntos la Fe con música”
Martín Sillero (Seminarista de la arquidiócesis de San Juan) – Publicaciones:
“Boletín de Monseñor Orzali”
Enzo Villavicencio (Seminarista de la arquidiócesis de San Juan) – Publicaciones:
“Catequesis y Kerygma”
Actualmente se publica todos los días
19 el boletín de San José que escriben las hermanas dominicas de San José.
Ahora sí y para no extenderme más
quiero compartir con ustedes sobre CiberTeología,
hace 6 años llegó a mis manos un libro con este título “CiberTeología, pensar el
cristianismo en tiempos de la red”, me llamó mucho la atención el índice
de este libro: 1- Internet entre teología y tecnología, 2- El hombre decodificar
y el motor de búsqueda de Dios, 3- Cuerpo místico y conectivo, 4- Ética hacker
y visión cristiana, 5- Liturgia, sacramentos y “presencia virtual”, y 6-Los desafíos
teológicos de la inteligencia colectiva. A continuación quiero compartir con
ustedes algunos párrafos de este libro publicados también en la revista “La
Civiltà Cattolica” en el año 2011:
¿Hacia una ciberteología?
La pregunta, a estas alturas,
surge espontáneamente: si la tecnología —y, en particular, la revolución
digital— modifica el modo de pensar las cosas, ¿no terminará por tocar también, de algún modo, la fe y su
comunicación?
La tecnología logra expresar una
forma de deseo de “trascendencia” en la condición humana. Y esto se aplica
también a ese “espacio de comunicación que abre la interconexión mundial de los
computadores y de las memorias informáticas. “El ciberespacio subraya nuestra
finitud […]. Refleja nuestro deseo de infinito, de lo divino”. Buscar tal plenitud
significa, por tanto, actuar en un campo “en el que la espiritualidad y la
tecnología se cruzan”.
El primer paso podría ser el
análisis del lenguaje informático. Es fácil notar que hoy, al usar el
computador y los archivos de varios tipos, empleamos palabras de claro origen
teológico, como “salvar”, “convertir” o “justificar”. El doctor Richard Rouse,
responsable del Departamento de Comunicación y Lenguajes del Pontificio Consejo
de la Cultura, al presentar a la prensa la reciente asamblea plenaria “Cultura
de la comunicación y nuevos lenguajes”, dijo: “Salvación, conversión,
justificación. Tres palabras muy familiares para los teólogos, pero para los
laicos ¿qué significan estas palabras?. “Salvar” y “convertir” son simplemente dos
ejemplos. Además de “justificar” podemos también agregar, por el desarrollo de
las social networks, “compartir” y “comunidad”.
La cultura del ciberespacio pone,
objetivamente, nuevos desafíos a nuestra capacidad de formular un lenguaje
simbólico público que hable de los signos de la trascendencia de nuestra vida. El
plano del lenguaje al que hemos hecho referencia es solo el primer nivel de
reflexión. De manera más amplia: ¿cómo
la cultura digital incidirá en el modo de hacer un discurso sobre Dios y sobre
la fe, especialmente si ese discurso es específicamente católico? La
reflexión hasta ahora ha estado centrada en la religión en Red en términos
generales o en las “ciberreligiones”, en el “tecnoagnosticismo” y el
“tecnopaganismo”. Se ha estado, por tanto, más atento a lo “religioso” que a lo
“teológico”, con el consecuente riesgo de aplastar y homologar las identidades
y las teologías específicas, si no son reducidas a un puro enfoque sociológico
nivelador. Ciertamente, el hecho de que hayan nacido algunas formas de
religiosidad virtual en Red es el epifenómeno de una mutación compleja y amplia
en la comprensión de lo sacro. Sin embargo, no es suficiente detenerse aquí. La reflexión sobre la ciberteología ha
comenzado, aunque sin certeza sobre su estatuto epistemológico. El término
es poco usado y, a menudo, su sentido no es claro. En cambio, sí lo es la
siguiente pregunta: si los medios
electrónicos y las tecnologías digitales “modifican el modo de comunicar e
incluso el de pensar, ¿qué impacto tendrán sobre el modo de hacer teología?”
¿Qué es la ciberteología?
Susan George ha recogido cuatro
definiciones de ciberteología como propuesta para una posible comprensión. La
primera definición la encuadra como teología de los significados de la comunicación
social en los tiempos de Internet y de las tecnologías avanzadas. La segunda la
entiende como una reflexión pastoral sobre cómo comunicar el Evangelio con las
capacidades propias de la Red. La tercera la interpreta como el mapa fenomenológico
de la presencia de lo religioso en Internet. La cuarta considera la Red como
lugar de las capacidades espirituales. Se trata, como se ve, de una tentativa interesante,
aunque inicial, de definir un campo de reflexión.
La teóloga inglesa Debbie
Herring, por su parte, en el sitio cybertheology.net, que recoge racionalmente
recursos y links, ha distinguido tres secciones: “teología en”, “teología del”
y “teología para” el ciberespacio. La primera recoge materiales teológicos
disponibles en Red; la segunda ofrece una lista de contribuciones teológicas al
estudio del ciberespacio; la tercera consiste en reunir lugares en que se hace
teología en Red (foros, sitios, mailing lists...). Estas distinciones son
interesantes y aportan más claridad, enriqueciendo la reflexión.
(La propuesta del autor Antonio
Spadaro) Quizás ha llegado el momento de dar un paso más, buscando un nuevo
estatuto, más preciso, para esta disciplina que parece tan difícil de definir.
Debemos, por tanto, considerar la
ciberteología como la inteligencia de la fe en el tiempo de la Red, es
decir, la reflexión de pensar la fe a la luz de la lógica de la Red. Nos referimos
a la reflexión que nace de la pregunta sobre el modo en que la lógica de la
Red, con sus potentes metáforas que trabajan en el imaginario, puede modelar la
escucha y la lectura de la Biblia, el modo de comprender la Iglesia y la
comunión eclesial, la Revelación, la liturgia, los sacramentos: los temas
clásicos de la teología sistemática. La reflexión es importante porque resulta
fácil constatar cómo, cada vez más, Internet contribuye a construir la identidad
religiosa de las personas. Y si esto es verdad en general, lo será cada vez más
para los llamados “nativos digitales”. La
reflexión ciberteológica es un conocimiento reflexionado a partir de la
experiencia de fe. Es teología en el sentido de que responde a la fórmula
fides quaerens intellectum. La ciberteología no es, por ende, reflexión
sociológica sobre la religiosidad en Internet, sino fruto de la fe que libera
un impulso cognoscitivo en un tiempo en que la lógica de la Red señala el modo
de pensar, conocer, comunicarse, vivir.
Desafíos
- Internet y la sociedad fundada
en las redes de conexiones comienzan a poner desafíos verdaderamente
significativos no solo a la pastoral —acogidos desde hace tiempo por la
Iglesia— sino también a la comprensión misma de la fe cristiana, a partir de su
lenguaje de expresión. La imagen que quizás muestra mejor el rol y la
pretensión del cristianismo respecto a la cultura digital es la del “podador de
sicomoros” que ofrece el profeta Amós (7,14) y es interpretada por san Basilio.
El entonces cardenal Ratzinger, en su discurso al congreso “Parábolas
mediáticas”, usó esta afortunada imagen para decir que el cristianismo es como
un tajo en un higo. El sicomoro es un árbol que produce muchos frutos que no
tienen sabor; son insípidos si no se los corta haciendo salir su jugo. Los
frutos, los higos, por tanto, representan para Basilio la cultura de su tiempo.
El Logos cristiano es un tajo que permite la maduración de la cultura. Y el
tajo requiere sabiduría para que se haga bien y en el momento justo. En la cultura digital abundan los frutos
por cortar, y el cristiano está llamado a cumplir una obra de mediación entre
el Logos y la cultura digital. Y la tarea no carece de dificultades, pero
hoy más que nunca es exigente. En
particular, es necesario comenzar a pensar la Red teológicamente, aunque también
la teología en la lógica de la Red. -
Si te interesa seguir
profundizando en este tema te invito a visitar el blog de este autor y sus
redes sociales:
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También te recomiendo leer: “La
transmisión de la fe en el mundo de las nuevas tecnologías” (XXXIIª Semana
Argentina de Teología)
Anímate a Evangelizar, todos tenemos que llevar adelante esta misión que nos encomienda Jesús en el Evangelio de este domingo: "Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación."